A través de los años el hombre a presentado un cambio
radical en su nivel de vida; los conocimientos que él a logrado acumular y
aplicar ha sido para su beneficio que ha cambiado radicalmente su modo de
vivir. Existe una notable diferencia entre el hombre de hace unas cuantas
décadas y el hombre moderno, tal diferencia se ha dado por el desarrollo de la
ciencia que esta estrechamente relacionada con las innovaciones tecnológicas.
La ciencia por si misma no existe si no que es un estudio
que el hombre ha hecho acerca de todos los fenómenos que le rodean; de esta
manera, afirmamos que la ciencia es creación del hombre pero que no es algo que
haya podido lograrse de la noche a la mañana sino que han transcurrido millones
de años para su evolución, observación y desarrollo.
Un significado que se le da a la ciencia es que en su
sentido más amplio se emplea para referirse al conocimiento sistematizado en
cualquier campo, pero que suele aplicarse sobre todo a la organización de la
experiencia sensorial objetivamente verificable.
Y el significado general de la tecnología es el proceso a
través del cual los seres humanos diseñan herramientas y máquinas para
incrementar su control y su comprensión del entorno material. El término
proviene de las palabras griegas tecné, que significa 'arte' u 'oficio', y
logos, 'conocimiento' o 'ciencia', área de estudio; por tanto, la tecnología es
el estudio o ciencia de los oficios.
Encontramos en la historia LA TECNOLOGÍA EN LA ANTIGÜEDAD
Y EN LA EDAD MEDIA:
La tecnología ha sido un proceso acumulativo clave en la
experiencia humana. Es posible que esto se comprenda mejor en un contexto
histórico que traza la evolución de los primeros seres humanos, desde un
periodo de herramientas muy simples a las redes complejas a gran escala que
influyen en la mayor parte de la vida humana contemporánea.
La tecnología
primitiva:
Los artefactos humanos más antiguos que se conocen son
las hachas manuales de piedra encontradas en África, en el este de Asia y en
Europa. Datan, aproximadamente, del 250.000 a.C., y sirven para definir el
comienzo de la edad de piedra. Los primeros fabricantes de herramientas fueron
grupos nómadas de cazadores que usaban las caras afiladas de la piedra para
cortar su comida y fabricar ropa y tiendas. Alrededor del 100.000 a.C., las
cuevas de los ancestros contenían hachas ovaladas, rascadores, cuchillos y
otros. El siguiente gran paso de la tecnología fue el control del fuego.
Golpeando piedras contra piritas para producir chispas es posible encender
fuego y liberarse de la necesidad de mantener los fuegos obtenidos de fuentes
naturales. Además de los beneficios obvios de la luz y el calor, el fuego
también se usó para cocer cacharros de arcilla, fabricando recipientes
resistentes que podían utilizarse para cocinar cereales y para la infusión y la
fermentación.
Esta no estaba centrada solamente en las herramientas
prácticas. Se pulverizaron minerales de color para obtener pigmentos, que se
aplicaban al cuerpo humano, a utensilios de arcilla, a cestas, ropa y otros
objetos. En su búsqueda de pigmentos, las gentes de la antigüedad descubrieron
el mineral verde llamado malaquita y el mineral azul denominado azurita. Cuando
se golpeaban estas menas, ricas en cobre, no se convertían en polvo, sino que
se doblaban; se podían pulir, pero no partir. Por estas cualidades, el cobre en
trozos pequeños se introdujo muy pronto en la joyería.
Desarrollo de la
agricultura :
Cuando
llegó la edad del bronce, las distintas sociedades distribuidas por cada
continente habían conseguido ya varios avances tecnológicos. Se desarrollaron
arpones con púas, el arco y las flechas, las lámparas de aceite animal y las
agujas de hueso para fabricar recipientes y ropa. También se embarcaron en una
revolución cultural mayor, el cambio de la caza y la recolección nómada a la
práctica sedentaria de la agricultura.
Después
del año 4000 a.C. apareció una de las creaciones más complejas de la humanidad:
la ciudad. Desde este punto de vista, la tecnología no puede describirse sólo
en términos de herramientas simples, avances agrícolas y procesos técnicos como
la metalurgia, ya que la ciudad es en sí misma un sistema tecnológico. Éste es
un hecho evidente en los primeros símbolos escritos que se usaron que indicaban
los primeros sistemas de transporte y
comunicaciones.
La
aparición de la ciudad hizo posible un excedente de alimentos y una abundancia
de riqueza material que posibilitó la construcción de templos, tumbas y
amurallamientos. La acumulación de metales preciosos, la construcción de
murallas defensivas, y el control de los ejércitos.
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